martes, 18 de marzo de 2008

PIEL

En la decadencia del más pequeño local de las extrañas galerías
apuramos emocionados los minutos
y el ron de la última noche.

No hay tiempo que perder.

La mujer del bar es española por unas horas;
nos ayuda.

Los mecanismos de la piel se activan
mientras la música es cómplice de nuestras miradas

Crece un castillo de fuegos en mi estómago mientras bailo

Aprieto tu mano.

Oigo mi corazón.

Te siento.

No hay comentarios: