domingo, 18 de mayo de 2008

Breve encuentro

Ahora que puedo contar lo que pasó
quisiera decirte
sin equivocarme
cuanto agradezco la visita
que hiciste a mi desprotegido corazón.

Ahora que puedo decirte desde la sonrisa
que mil años pasarían y nunca, nunca
olvidaría,
sigo dándote las gracias
por venir, porvenir
gracias,
gracias.

Te cuento: Digamos que vagaba por un espacio
en el que, por no haber,
ni siquiera había agujeros negros.
Pero en el centro del Planeta
- a dos mil metros de altitud -
Otros más altos se conjuraron
para venir en mi ayuda.
Mercurio, Marte y Saturno habían decidido
darme un pequeño respiro
y Venus se encargó de buscarte
Para Mí.

Si el corazón puede ser una estrella,
se diría que estalló en tremenda tormenta.
Casi náufraga en mitad del espacio de los sentimientos,
me aferraba a la tabla de la palabra y el recuerdo.
Pero la Vida, como los Planetas, es ciencia exacta:
Tras la tempestad, siempre viene la calma
y tras tu tormenta, llegó tu calma;
Ahora, también
mi calma.

Los planetas, divertidos, han partido
- ya me dieron el respiro -
Y la tormenta, la tabla, el dolor, la sorpresa,
todo está ahí, pero
l
e
j
o
s
Ahora, ya se ha quedado conmigo el sol,
ya se aleja la tormenta
ya vuelvo a controlar el timón;
ahora, te puedo decir sin dolor
que lo que pasó,
ya pasó

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