viernes, 9 de abril de 2010

Weathering the storm

Como un huracán
arrasa un pueblo, una casa
o un corazón.
Así la tempestad ruge embravecida
mientras unos y otros se aferran al palo más alto
que amenaza derrumbe.
Así me siento yo,
-se sienten todos-
porque me sé en el ojo de este creciente ciclón
mientras me lamento por no haber construido el Arca
para con cada uno de los míos,
-y sobre todo contigo-
capear la tormenta
que me atenaza el alma

(Para este Diluvio Universal, esperando la mañana calma)